Mejor esquivo la tierra floja en el cruce de calles.
Sería ensuciarse mucho las zapatillas.
Que día caluroso fué hoy, por eso salí tan tarde a correr.
Voy a llegar con lo justo antes de que no se vea nada.
Ahora empieza la subida. De a poco. Después se pone mas brava.
El sol todavía se siente a pesar de estar casi llegando al horizonte.
Un trago mas a la botella de agua. No queda mucha, creo que me quede corto con el cálculo.
Pensé que ya no se sentiría tan fuerte el calor.
Al costado del camino el pasto está seco por la falta de lluvias.
La subida empieza a hacerse dura.
Me empiezan a pesar las piernas.
Se está formando tormenta al frente. Es lo normal después de tanto calor.
Que calor tengo.
Debería parar unos minutos.
Nunca, no voy a parar.
Nunca paro en mis corridas. Voy a resistir este calor.
Pero la subida es muy dura.
Me ayuda un poco este viento de costado que me mantiene un poco mas fresco.
La tormenta avanza muy rápido.
Creo que no voy a llegar a casa antes de que se levante el viento.
No debí salir a correr por el campo.
Pero 15 kilometros por ciudad son muy duros, sobre todo para mis rodillas.
Miro hacia la lejana ciudad. Las primeras luces se encienden en los edificios mas altos.
Que fea se ve la tormenta, las nubes negras con los reflejos del sol parecen mas siniestras.
Se ven muchas descargas eléctricas.
Necesito aire, me estoy ahogando en esta subida.
Un poco mas y termino de subir.
Ahora no hay viento. La calma antes de la tormenta.
Es el último pedazo de la subida, pero no doy mas.
Me ahogo. la transpiración baja por mi cabeza, mi pecho. Puedo sentir que corre por mi nuca, por todo mi cuello, por mi espalda. Se mete en mis ojos, me arde. El corazón golpea contra el pecho enloquecido.
No voy a parar.
Abro la boca con desesperación. Como me cuesta levantar las piernas, pesan toneladas cada una.
Quiero tomar agua pero no creo que pueda tragar. Todo mi cuerpo busca aire.
No voy a parar.
Ahí está. Veo el final de la subida. Un poco mas.
La cabeza me va a estallar. Me late. El corazón no me da mas. Estoy todo mojado por el sudor. Un poco de lluvia ahora sería una bendición.
Sigue sin haber viento. Y la tormenta avanza.
Ya está casi ensima.
Ya termina la subida, pero no tengo mas aire.
Voy a subirla sin parar aunque lo haga sin respirar.
No recuerdo haber sufrido así nunca mientras corría.
Todo mi cuerpo pide parar. No lo voy a hacer. Mi mente es mas fuerte.
Ahí esta el final de la subida, llego por fin.
Llegue. Lo logre, me siento orgulloso de mi fuerza física y mental.
Un fuerte estruendo me sacude, la oscuridad se desvanece por un instante.
Un rayo. Debe haber caído muy cerca.
Justo cuando empieza la bajada.
Ahora la respiración se me normaliza lentamente.
Las piernas se alivian.
Ojalá esta bajada sea eterna.
Ahora si tomo un trago mas de agua. Y fué el último. No tengo mas agua.
Me siento mejor, ahora tengo aire en mis pulmones.
Ya casi no siento calor.
Se hizo de noche de golpe.
Seguramente las nubes de tormenta cubrieron el sol.
No puedo ver las imperfecciones del camino de tierra.
Me siento cada vez mejor.
Las piernas casi no me pesan.
Respiro sin dificultad.
La bajada se hace un poco mas pronunciada y eso me hace acelerar.
Casi no veo.
No distingo el camino de sus bordes.
Quiero disminuir la velocidad por miedo a tropezar en la oscuridad, pero la bajada no me deja. Voy cada vez mas rápido.
Busco a la ciudad con mi vista. No se ve nada. Solo oscuridad. Supongo que el rayo debió dejar sin energía a la ciudad. A toda la ciudad. Es raro.
Sigo bajando.
Me parece que voy cada vez mas rápido.
Pero no veo nada.
El suelo se siente extraño.
Me doy cuenta, no tiene imperfecciones. Ninguna piedra suelta, ninguna mata de pasto, ningun pequeño canal donde escurra el agua. Pero no lo veo, es la sensación que me transmiten mis pies.
Presto atención. No se escucha nada. Ningún sonido. Solo mi respiración y mis pies golpeando el suave suelo. Una y otra vez.
Tampoco siento molestias, ni siquiera esa vieja lesión en la rodilla que se hizo crónica.
Lo tengo que admitir, estoy asustado.
Algo no es normal en esto.
No debería faltar mucho para que la bajada termine en otro cruce de caminos que me lleve a la ciudad.
Pero no se como lo voy a ver.
Tengo miedo de caer en la zanja si no veo el cruce.
Tengo que detenerme, pero la bajada se hace cada vez mas abrupta. No puedo detenerme, me caería.
No recuerdo que esta bajada sea tan abrupta. No debería faltar mucho para que termine.
No puedo ver nada.
Por hacer algo me llevo la botella vacía a la boca.
La botella esta llena. Completa.
La tiro, la arrojo bien lejos por el susto. Pero no escucho que haga ruido.
El corazón se me acelera. Estoy muy asustado.
Esta bajada ya debería haber terminado.
Miro hacia arriba. Nada.
Ni siquiera se ven rayos de la tormenta. Todo es oscuro.
Me cuesta respirar, a mis piernas les cuesta seguir el ritmo de la bajada.
Siento que voy a caer hacia adelante en cualquier momento.
Miro sobre mi hombro, pero tampoco veo nada. Ni escucho.
Estiro mis manos.
Las veo, pero nada mas allá de la punta de mis dedos.
Miro mis pies, los veo. Pero no el piso.
Siento sed.
No tendría que haber tirado la botella. Pero no estaba vacía?
Sigo bajando.
Cuando termina la bajada?
No veo nada. No escucho nada.
Vuelvo a tomar la botella. Tomo un sorbo. No la había tirado?
Sigo bajando.
Sigo bajando.
Sigo bajando.